En este espacio, Liliana comparte sus pensamientos y prácticas personales. Cada entrada refleja momentos de introspección, meditación y observación consciente, con la intención de inspirar bienestar y autoconocimiento.

Este blog no se actualiza de manera regular; su valor reside en el contenido atemporal y personal, que invita a detenerse, leer y practicar según el propio ritmo de cada persona.

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Incluimos aquí una pequeña muestra de las reflexiones que encontrarás en el blog:

Relajación, Meditación y el Papel del Psicólogo

Relajación y meditación coinciden en la práctica, aunque persiguen objetivos distintos. La relajación es un paso previo necesario para meditar, aunque no siempre su objetivo sea la meditación en sí. Nuestra mente y nuestro cuerpo requieren atención consciente, permitiendo que cada parte, así como nuestros pensamientos, encuentre un punto de enfoque más tranquilo. La respiración juega un papel fundamental: a través de ella podemos centrar la atención y alcanzar un estado de relajación que nos permita sentir control sobre nosotros mismos.

Relajar la mente, aliviar tensiones y calmar el cuerpo son aspectos esenciales para experimentar que somos nosotros quienes tenemos el control y el poder sobre nuestra propia materia.

Por su parte, la meditación busca lo trascendente y la transformación:

  • Elevar el espíritu y cultivar valores y virtudes internas.

  • Conectar con una energía más sutil y concentrar la mente en un estado de mayor claridad.

  • Fortalecer el intelecto para discernir con mayor profundidad y vivir con más sabiduría.

El psicólogo que integra estas técnicas puede ser de gran ayuda, actuando como guía en el aprendizaje y práctica, hablando de manera práctica y cercana, acompañando en el desarrollo espiritual e inspirando un camino de mayor sabiduría para vivir y no solo para huir.

Asimismo, puede ayudar a encontrar formas más sabias de enfrentar conflictos, estrés, miedos y agotamiento, manifestaciones comunes de la vida moderna. Un enfoque terapéutico que contemple la dimensión espiritual y el potencial más elevado de la persona permite descubrir métodos sencillos para serenar la mente y abrir el corazón, que a veces se encuentra atrapado en miedos e indefensiones, generando sufrimiento.

Acudir a un psicólogo no solo implica buscar ayuda ante la enfermedad, sino también recibir una psicología para la vida. Muchas formas de sufrimiento ante problemas cotidianos pueden resolverse desde una perspectiva más amplia y espiritual.

Las disciplinas de meditación requieren entrenamiento cognitivo y emocional, despertando cualidades innatas como integridad, ecuanimidad, gratitud, compasión y perdón. Sentarse a meditar no basta para transformar los problemas: es necesario incorporar un enfoque positivo y espiritual que transforme el sufrimiento y fortalezca nuestra conexión más elevada con la vida, produciendo un alivio más profundo y duradero.